lunes, 8 de abril de 2013

De iniciar cuentos


Cuando, en casa de María Rosa, Jorge Michel contó una vez más, ante varios testigos, la historia o sucedido a Atilio Matías y María Pupo, sospeché que el narrador había llegado a un punto de perfección admirable, amenazado sin dudas por la declinación y la podre en previsibles, futuras reiteraciones. 
Por eso, sin propósito mayor, intento transcribir ahora mismo la versión referida, para preservarla del tiempo; de sobremesas futuras. 
Lo sucedido, que no es relato ni roza la literatura, es, más o menos, esto: 
Para mí, ya lo saben, los hechos desnudos no significan nada. Lo que importa es lo que contienen o lo que cargan; y después averiguar qué hay detrás de esto, y detrás, hasta el fondo definitivo que no tocaremos nunca. Si algún historiador atendiera el viaje del telegrafista quedaría satisfecho consignando que durante el gobierno de Iriarte Borda, el paquebote Anchorena partió del puerto de Santa María con un cargamento de trigo y lana destinado a países del este de Europa. 
No mentiría; pero la mejor verdad está en lo que cuento, aunque, tantas veces, mi relato haya sido desdeñado por anacronismos supuestos.

Fragmento, "Matías el telegrafista", de 1973, de Onetti, Juan Carlos, Cuentos completos, Madrid: Alfaguara, 2009.

Uno de los mejores inicios de cuento que he leído últimamente. Un maestro.