martes, 29 de marzo de 2011

a wild patience has taken me this far

Adrienne Rich.

la paciencia la paciencia salvaje

un dolor me ha traído hasta aquí

ves aquí estoy he caminado

la paciencia eso es la paciencia

Llego a la Biblioteca de Andalucía temprano. No hay nadie. Parada en el café de enfrente. Friebe primero, luego Talián. Los veo pasar, los veo volver. Se sientan conmigo en la terraza. Se levantan: ha llegado Mónica. Ahora os veo.

volando hasta tus ojos ves

la vieja y la calle cayendo los soportales

un perro impaciente los adoquines adecuados

además de la ventana de nuestra ventana

miramos para ver ves

Nos sentamos. La sala está siendo preparada para algo distinto a lo habitual. Juan Carlos prepara la cámara, Mónica la garganta, Rojo saluda a sus amigos.

ves estamos predestinados al domingo

al domingo de habitación vacía

Empiezan a entrar caras conocidas. Nos conocemos todos y todos estamos en la ruta, pocas veces nos reunimos tantos. Talián saluda a sus amigos.

a esto lo llamamos paraíso paraíso

paraíso es el tiempo entre cortinas

La Francés tiene un tono de voz elegante y una lectura peculiar. Talián disfruta en cada palabra que saborea. Se compenetran, se siente la armonía, se buscan, se esperan.

la espera el repiqueteo de tus botas

sobre el escenario

tu mirada a la ventana

siempre a la ventana

Abril ríe. Se divierte. Estruja la paciencia salvaje. Recital a tres voces. Marta entra y sale.

ESTRAGON: Nothing to be done

Samuel Beckett y tengo que gritar gritar a

gritar fuerte para romper los cristales

de este tiempo que se entretiene tanto

de este tiempo aburrido lento muerto

Rojo levanta la mirada. Ortega está en la última fila, junto a Cundari que está detrás de Bozalongo que está junto a mí que estoy junto a Marta que está detrás Cáliz.

y leo las palabras de un desconocido

es cosa natural que los hombres se

reúnan cuando se acerca la noche Joseph

Joubert pero aquí no hay nadie y tras

Se piden bises, se lee Lisboa, se cuentan anécdotas. Hay risas. La paciencia de los que leen es infinita y agradecida. El entusiasmo de los que escuchan es generoso y divertido.

queda la espera y el olvido

queda mi casa limpia mi casa

esqueleto llena de miradas

Hay dos bandos de amigos de noches distintas. Hay dos complicidades de realidades paralelas. Un solo Miguel. Hay un orgullo indisoluble. Sonrisas. Satisfacciones.

queda el bostezo el sueño la cama

mira ves oyes mañana será otro día mañana

queda la paciencia la paciencia enraizada

en cada poro del nosotros

la salvaje la salvaje paciencia

queda


[Lectura de Ángel Talián en la Biblioteca de Andalucía, el 26 de marzo de 2011, presentado por Mónica Francés, coordinado y organizado por Juan Carlos Friebe. Textos y citas robados de La Paciencia Salvaje, Ángel Talián].

miércoles, 16 de marzo de 2011

Anacronismo, por Andrés Neuman.

Esto es un post, copiado íntegro de las Microrréplicas de Andrés Neuman del 14 de febrero. Robado, plagiado, lo confieso, SGAE, ven a mí. Pero es perfecto, es maravilloso, es acertado, revulsivo, acusador. Es una denuncia obligatoria en un momento en el que eso no debería ser más que un motivo de risa. Pero sigue pasando. Llega una mujer, una mujer, y tira abajo toda la igualdad posible. Una mujer.

Tragedia Belga
La semana pasada Marleen Temmerman, presunta senadora y presunta socialista, invocando presuntamente el teatro griego, propuso que las mujeres belgas se declaren en huelga sexual hasta que su país alcance un acuerdo para formar gobierno. Era difícil retroceder tantos siglos en un solo gesto, pero la señora senadora lo logró con una facilidad digna de mejores causas. Con su proclama, la trágica Marleen dio por sentado: 1- Que la negociación política es esencialmente cosa de hombres; 2- Que el rol de las mujeres es esencialmente privado y conyugal; 3- Que todos los negociadores políticos son heterosexuales; 4- Que todas las mujeres follan, cogen, tiran, fornican, neuken, como una abnegada concesión al varón; pero que ellas nunca, jamás de los jamases, imposible, nooit!, lo hacen por placer propio. Te prometo, Marleen, seguir tu ejemplo. Me abstendré sexualmente hasta que renuncies a tu escaño de senadora socialista.

En fin, Andrés lo deja claro. Yo me declaro en huelga de abstinencia hasta que todo se regularice. A lo discriminación positiva a la que nos instan las falsas feministas.

domingo, 13 de marzo de 2011

Conservación de los recuerdos.


Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempres de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

CORTÁZAR, Julio, Historias de cronopios y de famas.

[Imagen René Magritte,
porque es la esencia de la tristeza del cronopio]

martes, 1 de marzo de 2011

La inmortalidad de los gramáticos

11
Todo se penetra. La lectura de los clásicos, que no distinguen los ocasos, me ha vuelto inteligibles muchos ocasos, en todos sus colores. Hay una relación entre la competencia sintáctica, por la que se distinguen los valores de los seres, de los sonidos y de las formas, y la capacidad de comprender cuándo el azul del cielo es realmente verde, y qué parte del amarillo existe en el verde azul del cielo. En el fondo es lo mismo: la capacidad de distinguir y de sutilizar. Sin sintaxis no hay emoción duradera. La inmortalidad es una función de los gramáticos.
[PESSOA, Fernando. Libro del desasosiego. Traducción de Ángel Crespo. Seix Barral, Barcelona, 1984]