lunes, 28 de enero de 2008

Escribir y crear...




"Escribir y crear en el centro de la civilización y de la publicidad, como Hugo y Lherminier, es escribir. Porque la palabra escrita necesita retumbar, y como la piedra lanzada en medio del estanque, quiere llegar repetida de onda en onda hasta el confín de la superficie; necesita irradiarse, como la luz, del centro a la circunferencia. Escribir como Chateaubriand y Lamartine en la capital del mundo moderno es escribir para la humanidad; digno y noble fin de la palabra del hombre, que es dicha para ser oída. Escribir como escribimos en Madrid es tomar una apuntación, es escribir en un libro de memorias, es realizar un monólogo desesperante y triste para uno solo. Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta".



[Horas de invierno. Artículo. Larra]

martes, 22 de enero de 2008

La noche del Primer Anaïs

Que la lectura de De mes en cuando en el Anaïs estuvo genial y que Valeria Tittarelli lo bordó, no lo voy a negar. Que me lo pasé de escándalo, y que me alegré sobre manera de encontrar allí a tres personitas, que pese a ser yo como soy, siempre están ahí, todas, tampoco soy capaz de negarlo, ni quiero porque eso fue lo mejor de toda la noche. Que todo lo demás estaba desplazado a un segundo plano, también es cierto. Pero que después de la lectura, el segundo plano pasó a primero y que el primero, de repente, empezaba a espeluznarme... también es verdad.

Y es que hay momentos en los que deberíamos callarnos, momentos en que no controlamos, momentos incluso que viéndolos cerca debemos contenernos porque después todo cambia. Caer y ceder es perder el control y eso nunca puede ocurrir. He llegado a la conclusión de que (¡paradojas de la vida!) cuanto mayor es la coraza que te pones al principio, en cualquier relación, más parte acabas cediendo después. Es como que la persona que se esmera en quitártela, necesita un sobre esfuerzo y hace uso de 'mentirijillas' inocentes, de medias verdades, que tú, en un principio, te niegas, evidentemente, a creer pero que sabes perfectamente que está minando tu coraza y que se está incrustando demasiado adentro.
Lo mejor de esto es que se tienen las cosas claras. Lo mejor es que sabes priorizar, que sabes ver el horizonte y que no te detienes ante ningún obstáculo. Que aunque intenten hacerte caer, tú eres excesivamente fuerte, que siempre sabes donde está el límite y que (desgraciadamente según el caso, aunque en casos como este nos alegremos) nunca te implicas demasiado.

Alguna foto:




[Mis niñas... ay!] [Valeria y el raro]

[Un poco de público] [Ginés, mi relevo, y el raro]


(Quién ha ido diciendo por ahí que en el Anaïs todo tipo de locos tiene cabida? Ya está bien con la guasa! jajaja)

lunes, 21 de enero de 2008

El breve amor

El amor, el gran amor, es lo que nos trae de cabeza a la mayor parte de la sociedad. Que nuestra vida gire en torno a encontrar ese amor que cambie todo es algo que poca gente puede cambiar. Sin embargo, existe el otro amor, el breve, el que nos va dejando sobrevivir, el que nos alimenta el espíritu, el que nos consuela, el que, en realidad, nos da esa felicidad que solo se encuentra en los pequeños momentos. La compañía, la complicidad, y el amar aunque solo sea por un isntante. Bien, Cortázar y su manía con ayudarme en todo. De ahí:


Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,

me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en le espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente

para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiédose en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo-

(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos ?


Después suele quedar el anegarse entre las cenizas, sin un adiós. Y ocurrirá casi siempre, y volveremos a buscarlo, y volverá a ocurrir en una espiral infinita.

sábado, 19 de enero de 2008

La oración del Ateo



En uno de esos momentos en que no sé si creer o no, me he acordado de un poema que tenía en la pared de mi casa, en grande sobre la cabecera de mi cama. Cuando lo descubrí pensé que es una forma de creer, o de no creer, de necesitar creer y de no estar seguro...

La oración del Ateo

Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.
Miguel de Unamuno


[If God exists, I hope he has a good excuse] W. Allen.

lunes, 14 de enero de 2008

De vuelta a todo

No diría que la estancia fuera se ha hecho eterna, pero sí que tenía unas ganas increíbles de volver y que estoy contentísima de estar aquí. He llegado cargada de cosas por hacer en este trimestre, y hay que ponerse las pilas.
En realidad, lo que más me apetecía era perder de vista algunas cosas de allí. Cosas que me ponían bastante triste, de hecho, mi navidad ha sido un poco triste. Tengo la sensación de haber crecido de golpe, de haber pasado una navidad de adulta, la primera, a pesar de mis intentos, que han sido muchos. Tenía la impresión de ir a contracorriente: yo preparando regalitos, poniendo la mesa para recibir a los reyes, escribiendo mi carta, intentando reencontrarme con la ciudad, con la iglesia, con la infancia... y todo al revés.
Llego aquí con la ilusión de escapar pero la tristeza me sigue. Un amigo me dijo que allí me había vuelto a acorazar, que tenía que quitar esa protección otra vez... eso costará si es cierto, aunque será más fácil: volver a Granada me hizo sonreír, de verdad, con esa sonrisa libre, de bienestar.

Imagino que el sentimiento de tristeza es algo que llevamos todos y que dejamos salir o no. Hay momentos en que parece que no está, como la ilusión de que eres completamente feliz, pero en realidad es solo el intento de no dejarla pasar, la fuerza de retenerla bajo sentimientos más fuertes en ese momento. Y llega un momento en que sin más has acumulado tanta que sale, la dejas salir y te quedas en silencio, esperas que se vuelva a su rinconcito cuanto antes...
La única forma de que se esconda es ocupándo el tiempo, y yo tengo muchas cositas para la terapia.

Una de Mentiras

[Prefiero que me hiera la cruda realidad a que me envenene la mentira piadosa]



Las mentiras son tan "malas mentiras" como sean de largos los cabos que dejas sueltos.
No soy yo la indicada quizás para hablar de mentiras bien tapadas, porque se me atrapa fácil. Ocultar se me hace complicado, soy (cómo se dice?) locuaz, suelo decir casi todo lo que me cuentan, sí lo reconozco, si alguien me cuenta algo, que me especifique que no quiere que sea publicado porque...
Vale. Lo acepto. Lo hago, e intento corregirlo. Pero siempre haciendo lo posible por ser sincera.
Este año, del que solo llevamos medio mes, está siendo el año de la sinceridad, no por exceso, desgraciadamente, sino por defecto.
Lo peor de la falta de la sinceridad, osea, de la mentira, es que te hace sentir desplazado. Si alguien te miente es como que no le importas, o que le importa más la razón por la que te ha mentido que tú. Hay amigos que te mienten con frecuencia, y los quieres porque tampoco te importan tanto a ti como para hacer caso de eso; amigos que no te mienten y que tienen toda tu confianza, los quieres básicamente por esto; y los hay que reinciden, esos que no solían mentir y que descubres que lo están haciendo, quizá con tonterías a veces, pero te preguntas ¿desde cuándo?
Por supuesto que tú les has mentido, en esas "mentiras piadosas" que parecen tener la absolución, pero cuando esa excusa te viene de vuelta le das mil patadas al adjetivo.
Lo peor es cuando descubres que te mienten varias personas a la vez. Y no sabes realmente cuál te duele más. Unas por ser mentiras importantes, otras por ser gente importante.
En fin, que la mentira se me asemeja un poco a una definición de suicidio que leí hace tiempo: "El suicidio es un final permanente para un problema temporal", así la mentira es una solución fácil, una forma de no dar la cara, una cuestión de cobardía en el mejor de los casos.


[La mentira es lo que prolonga el tiempo de una relación en crisis]

[La primera vez que me engañes será por tu culpa, pero la segunda será por culpa mía]

[Es difícil creer que existen mentiras verdaderas... porque la mentira es siempre mentira]

[Si algo he aprendido en la vida es que la mentira se pone en contra de quien la inventa]

[La verdad duele, pero la mentira mata...]